En este escrito, que compartí en la plataforma de la revista grupo Educar, el año 2014, en Chile, me centro en la importancia de los procesos reflexivos que, como docentes, desarrollamos en nuestra práctica pedagógica. Construir nuestra identidad como docentes es un proceso de aprendizaje relacional que se negocia cada día en el aula y, para ello, la reflexividad se nos presenta como un elemento y estrategia fundamental.

No pienso la reflexividad como un “detenerse a pensar”, más bien como una actitud alerta y dispuesta para no dejar que las cosas y situaciones nos pasen por delante, sin percatarnos. Como presento en esta publicación, observo dos formas que pueden ayudarnos a practicar la reflexividad de manera cotidiana en nuestra labor como docentes. La primera y más importante es ser conscientes de nuestro rol y nuestra forma de estar en la escuela. Esto implica que seamos docentes perceptibles. Es decir, que estemos abiertos a escuchar lo que sucede a nuestro alrededor para ser conscientes de ello, y comprender qué nos ocurre a nosotros(as) con esas experiencias. Por último, además de desarrollar la reflexividad desde el acto de ser conscientes y perceptibles, creo importante poder compartir estas experiencias con otros y otras.  Esto nos permite escucharnos a nosotros(as) mismos(as) y cuestionarnos para buscar nuevas estrategias y metodologías. Desde estos dos caminos invito a que activamente podamos enfrentar nuestra labor docente con una actitud crítica y reflexiva, que nos permita ser consciente de las decisiones que tomamos y ser ejemplo de ello para nuestros estudiantes.

Ver artículo: http://www.grupoeducar.cl/actualidad/noticias/–como-ser-docentes-reflexivos–1260

Referencia: García-Huidobro R. (2014). “¿Cómo ser docentes reflexivos?”, en web GrupoEducar, el 27/03/2014.